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Que encontré » Buscando a Dory»

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Es verano y si tienes hijos pequeños, suele haber una atracción especial para las películas de Pixar, las hacen tan bien, en mi opinión,  que al final siempre sacas algo cuando ves alguna de ellas.

En estos días está en los cines Buscando a Dory una entrañable película, secuela de Buscando a Nemo donde similares personajes y otros nuevos se sumergen en una aventura, en este caso para encontrar a la familia de Dory, de la cual se separó hace unos años.

Dory tiene una discapacidad, tiene memoria a corto plazo, convive con Nemo y su padre Marlin. La discapacidad de Dory hace que no recuerde las cosas que aprende de forma reciente y fruto de esta discapacidad Dory, en un momento, se aleja de su familia y luego no recuerda donde vive lo que le hace alejarse de su habitat y terminar encontrando a Nemo y su familia. En la peli un evento cono es la migración de las rayas le hace recordar que tenía una familia y de ahí se desencadena el argumento de la película, es muy recomendable con peques o con amigos.

Cuando vas al cine y los ves con perspectiva de adulto siempre se generan algunos temas que ves o crees ver en la película y el pasado sábado  me ocurrió esto, viendo la película anoté algunas cosas que pensé podría volcar en el blog. Partiendo que no soy especialista en temas de discapacidad, simplemente soy espectador e inquieto con mi blog

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No pierdas la magia

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Me duele la garganta, puede ser del frío, pero ayer estuve gritando al paso de la cabalgata a los tres famosos magos que esta noche han pasado por mi casa y dando cuenta de las viandas que les habíamos dejado, nos han dejado regalos sorpresa para toda la familia.

A mi lado había gente de mi edad, 45, y entre bromas me indicaban que pasara a las filas de delante donde estaban los niños e incluso se sorprendían del  énfasis que ponía en mis personajes mágicos, bueno hay que animarse y meterse en el papel de donde estamos.

He sido niño y tengo niños, todavía queda uno con 5 años que todavía cree en la magia de estos personajes mágicos que tras comprobar que uno o una ha sido «bueno/a» o ha tenido un comportamiento aceptable con los demás y con el mismo como persona, te otorgan unos regalos o una sorpresa.

¿Dónde perdemos ese nexo con la magia? , es evidente que una vez superada una fase en la vida, nos enteramos que los mágicos personajes se convierten en nuestros padres, madres, amigos o  personas supersimpáticas que nos atienden en los establecimientos comerciales.

¿Es esto suficiente para perder la magia? Pues ¡NO! y cuando me refiero a no perder la magia  me refiero a creer en uno mismo y en los demás, en saber que las cosas pueden ir mal y luego irán bien, en estar centrado en lo que queremos. El otro día @merceroura lo contaba mucho mejor que yo en Si sueñas es que te lo mereces. Es saber o intentar construir cada día un peldaño o tablón de madera de nuestro puente que nos lleve hacia la otra orilla donde queremos llegar, sabiendo que el camino será fácil o difícil pero también nos traerá cosas buenas, experiencias, personas que conoceremos y que incorporaremos a nuestro wasap vital como contactos y otras personas que desearemos que abandonen el grupo, más o menos la vida tiene algo de esto.

Hace no mucho tiempo, mi hijo pequeño, me hablo de que en su clase tenían un hospital para los libros. ¿Un hospital para los libros? , le pregunte, y desde una naturalidad de quien todavía tiene todo su mochila vital por llenar, me lo explico muy claramente:

Mira Aita, cuando un libro está malito, tiene alguna página rota, se le lleva al hospital de los libros, allí junto a la profesora se le cura, está un tiempo y cuando ya está sano vuelve con el resto de los libros, además cuando cada uno está con un libro si ve que está malito le lleva al hospital de los libros para que se mejore.

Lo pensé y dije que bueno sería que existiera un HOSPITAL DE LAS COSAS donde podríamos llevar las cosas que están malitas y ofrecerles una cura y si  esa cura no fuera suficiente y comprobamos que es el final, ese final pueda ser digno y «féliz» reportando buenas sensaciones para todas las personas o cosas implicadas.

Cuando pienso en cosas para llevar al HOSPITAL DE LAS COSAS, será por mi deformidad de gestión de personas, pienso en relaciones con personas, pueden ser personales (amigos, hijos/as, familia, pareja…) o laborales. En este hospital podríamos aplicar cuidados como analizar el problema, preguntar al paciente como se encuentra y que quiere,  aplicar soluciones paliativas y como hemos dicho si vemos que el problema es terminal tendríamos la oportunidad de aplicar una «eutanasia digna» donde dar un final que luego nos pueda retornar relaciones en otro espacio sin rencores ni malos rollos.

Desde mi punto de vista, esto es no perder la magia, es no ver el final donde todos lo ven, aportar creatividad, imaginación u otro punto de vista. Los resultados de esto no lo sé, es posible que unas veces acertemos y otras no y que nos llamen ilusos, bueno hace tiempo ya cantaba la Cabra Mecánica, no me llames iluso por tener una ilusión, al final os dejo el video.

Es mi primera entrada del año y ha salido rápida y ha sido viendo como empezaba la mañana, con los restos de comida que han dejado los magos y rasgando papel que detrás traía ilusiones. Así que me atrevo y lo cuento como el otro día leí en una estupenda entrada del Blog de @AntoniaAreval Atrévete y cuéntame.

No perdáis la magia. 🙂

Imagen: Freepik.

Photographer/Artist:

Nicolas Raymond